Estados Unidos (1976)
Dirigida por Martin Scorsese
Robert de Niro, Jodie Foster, Albert Brooks, Cybill, Shepherd, Harvey Keitel, Peter Boyle, Leonard Harris, Martin Scorsese.
Dentro de ti
"Taxi driver" no es solo una película, es una actitud, un estado de ánimo, apela a un rincón radical que hay en nuestro interior y que, estimulado, hace que uno sienta más que piense. Nuestro lado más oscuro, más primitivo aparece reflejado en la pantalla como por arte de magia. Me refiero a ese rincón donde nadie más tiene cabida, donde somos animales solitarios y locos a los que nadie entiende, ni falta que hace, donde sabemos que lo que hacemos quizás no es lo correcto, pero sabemos también que ha de ser así.
Las grandes películas son la convergencia de muchos factores, una rara casualidad de aciertos que, normalmente, se manifiestan de un modo imprevisto. "Taxi Driver" fue escrita en un motel por un guionista borracho que tocaba fondo, fue dirigida por un joven talento que estaba en el lugar y en el momento adecuados. Ésta es, realmente, la gran película de Martin Scorsese. Fue interpretada por un tipo cuyo aspecto, cuya aura, encarnan sin mayor esfuerzo a un hombre aplastado por una sociedad lustrosa, pero podrida, que le mira, para su propia estupefacción, como a algo podrido. Fue musicada por un viejo al borde de la muerte, en estado de gracia, con una de las partituras más radicales que se han escrito, y fue fotografiada con unos tonos "sucios" que ensucian a su vez al espectador para meterle en esa parte sucia y genuina de su propia alma.
Esta película tiene impregnada en sus carnes una justicia interior que funciona a partir de los sentidos, no de las razones, lo cual la convierte, en su esencia, en una obra poética, sucia pero poética. Cuando ves "Taxi Driver", cuando te sometes a esa jodida terapia, te das cuenta de que el mundo es más ancho de lo que crees, y que buena parte de él, está dentro de ti.
Las grandes películas son la convergencia de muchos factores, una rara casualidad de aciertos que, normalmente, se manifiestan de un modo imprevisto. "Taxi Driver" fue escrita en un motel por un guionista borracho que tocaba fondo, fue dirigida por un joven talento que estaba en el lugar y en el momento adecuados. Ésta es, realmente, la gran película de Martin Scorsese. Fue interpretada por un tipo cuyo aspecto, cuya aura, encarnan sin mayor esfuerzo a un hombre aplastado por una sociedad lustrosa, pero podrida, que le mira, para su propia estupefacción, como a algo podrido. Fue musicada por un viejo al borde de la muerte, en estado de gracia, con una de las partituras más radicales que se han escrito, y fue fotografiada con unos tonos "sucios" que ensucian a su vez al espectador para meterle en esa parte sucia y genuina de su propia alma.
Esta película tiene impregnada en sus carnes una justicia interior que funciona a partir de los sentidos, no de las razones, lo cual la convierte, en su esencia, en una obra poética, sucia pero poética. Cuando ves "Taxi Driver", cuando te sometes a esa jodida terapia, te das cuenta de que el mundo es más ancho de lo que crees, y que buena parte de él, está dentro de ti.
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